La fortuna está acompañando a los pescadores que apuran todavía sus últimas jornadas de pesca sin muerte en los ríos regulados. El bajo caudal de los cauces y el tiempo soleado con temperaturas agradables y ausencia de viento están marcando estos últimos días para el disfrute de unos aficionados que no dudan en afirmar que estas jornadas son las mejores de todo el año. Una vez concluida la campaña de riegos los pantanos mantienen unos niveles ciertamente preocupantes. Barrios de Luna, con menos del 10 %, es casi un charco en el que se acumulan truchas, carpas y otros ciprínidos. Riaño y Vegamián conservan un 30 % de agua que, si no llueve, se irá reduciendo en octubre y pondrá en serio riesgo la próxima campaña. Pero peor lo tiene todavía Villameca, en el Tuerto, con apenas el 5 % de su capacidad y el cauce prácticamente seco. Estas circunstancias hacen que apenas se desembalse el caudal ecológico y que las truchas se posicionen en las tablas con mas profundidad donde se «ceban» durante toda la tarde lo que resulta ideal para el pescador de mosca. En algunos casos el caudal es tan bajo que las «pintonas» permanecen pegadas al fondo en las «chorreras» y deben ser «engañadas» a base de utilizar ninfas muy pequeñas, a trucha vista.

Las sociedades de pescadores se despiden de la temporada con jornadas y concursos en los que invitan a participar a sus afiliados. Alto Río Sil de Laciana concluirá el día 11 con una jornada de pesca y convivencia. La Asociación Leonesa de Pesca con mosca ALPM, por su parte, finalizará con la organización del Open internacional en el que participarán equipos de toda España junto con franceses y portugueses. Precisamente en estos días son muchos los pescadores de fuera de León que disfrutan tanto en los cotos como en los tramos libres de los ríos Porma, Esla y Órbigo principalmente. El hecho de que en León y en estos ríos se cierre la temporada tan tarde resulta determinante para estos aficionados dispuestos a divertirse devolviendo al río las truchas capturadas. Además, conseguir un coto sin muerte en estas fechas, resulta sencillo pues hay sobrantes en la mayoría de acotados que aún permanecen abiertos.

Las truchas mantienen una gran actividad en estas fechas. No obstante, y con caudales bajos y aguas muy claras, no resultan fáciles de engañar. Es preciso moverse por el río con sumo cuidado para no espantarlas y presentar la mosca suavemente, sin levantar ondas. A pesar de ello y con bastante frecuencia, el señuelo es rechazado. Para el pescador deportivo estas dificultades, cuando no son insalvables, resultan un acicate mas, pues el mérito es mayor ante la dificultad. Otras técnicas como la mosca ahogada o la cucharilla resultan casi inútiles salvo si se pesca al amanecer o al anochecer, cuando el brillo de la luz sobre la lámina del agua ha desaparecido y la huella del sedal también. El próximo día 12 de octubre finalizará de forma definitiva la temporada truchera.